10 consejos para pacientes con linfedema

El linfedema es una patología que puede tener un origen congénito o bien aparecer tras una cirugía de cáncer de mama o cáncer de alguno de los órganos pélvicos.

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¿Qué es el linfedema?

El linfedema es una patología que puede tener un origen congénito o bien aparecer tras una cirugía de cáncer de mama o cáncer de alguno de los órganos pélvicos. En el caso del carcinoma de mama se manifiesta en la extremidad superior homolateral a la mama tratada y suele afectar a una de cada cuatro mujeres mastectomizadas, causándoles deterioro funcional, malestar psicológico e interferencias en su calidad de vida.

Se ha visto que un alto porcentaje de las pacientes intervenidas de un cáncer de mama, se queja de la falta de información recibida tras su tratamiento. Una orientación precisa tras la cirugía y/o tratamiento, ayuda a prevenir o retardar la aparición del linfedema.

En blogs anteriores hemos hablado de qué es un linfedema, los diferentes tipos de linfedemas que podemos encontrarnos, cómo tratar un linfedema y qué cuidados hay que tener.

Consejos para personas con linfedema:

En esta nueva entrada queremos dedicar especial atención a informar a las pacientes que han sufrido un cáncer de mama o de órganos intrapélvicos, de aquellos consejos que se han de seguir para prevenir la aparición del linfedema o para, una vez instaurado seguir unas pautas que ayuden a mantenerlo y mejorarlo en la medida de lo posible. Este tipo de medidas son también válidas para personas que padecen linfedema congénito.

1. En primer lugar, lo más importante es la prevención: Tras una cirugía de cáncer de mama o de aparato reproductor, es aconsejable realizar sesiones de drenaje linfático manual y tratamiento de las cicatrices quirúrgicas. Estas técnicas se emplean con el objetivo de abrir nuevas vías de drenaje y favorecer la circulación linfática que puede verse afectada por la extirpación de ganglios.

El linfedema no siempre aparece de forma precoz tras la cirugía, en muchos casos pueden pasar 3-4 años. El tratamiento propuesto se debe realizar una vez extirpado todo el tumor y siempre con previa autorización del oncólogo.

2. Una vez diagnosticado el linfedema, debemos realizar un tratamiento precoz del mismo: este tratamiento consiste en 2 fases: en la primera fase, denominada “fase de ataque”, cobra especial importancia el drenaje linfático manual y el vendaje multicapa realizado a diario. Suele durar en torno a las 3 semanas, pero puede variar dependiendo de la evolución. La segunda fase se denomina “fase de mantenimiento”: se pasa a esta fase una vez que el linfedema haya quedado reducido al máximo y en ella se sustituye el vendaje multicapa por un manguito de compresión hecho a medida en una ortopedia. En esta segunda fase la periodicidad de las sesiones varía, ya no será necesario realizarlas de forma diaria si no que poco a poco se irán distanciando, hasta realizarlas con una periodicidad de una vez al mes.

Este mantenimiento mensual se aconseja realizarlo de por vida (teniendo en cuenta que el linfedema es una patología crónica) pudiendo aumentar la distancia entre las sesiones en aquellas épocas del año que se conserve mejor (normalmente meses de invierno) y por el contrario disminuir la distancia entre sesiones en los meses de más calor.

3. Realizar un programa de ejercicios diario en el que se favorezca la evacuación de la linfa a través de movimientos y contracciones musculares.

4. Realizar un programa específico de ejercicios en agua favorece la consistencia del edema. Esto se debe a la presión hidrostática ejercida por el agua sobre el miembro afecto, que favorece la evacuación linfática.

5. Evitar la exposición del linfedema a frío/calor extremos, que podrían empeorar la situación.

6. Es importante protegerse el linfedema si estamos con animales o si hacemos labores del campo, ya que los arañazos y/o pinchazos pueden causar un empeoramiento del mismo. Del mismo modo, es importante evitar analíticas, vacunas y/o toma de la tensión arterial en el brazo afecto.

7. Evitar hacer sobre esfuerzos con el miembro afectado. En el caso del miembro superior evitar cargar pesos, deportes de raqueta y/o remo…

8. Evitar el uso de prendas de vestir y/o accesorios (anillos, pulseras, relojes…) que compriman en exceso el miembro afectado.

9. En el caso de notar calor, rubor y/o dolor en el linfedema, es importante acudir a urgencias porque se puede tratar de una infección del mismo. Hay que tener en cuenta que el linfedema como tal es indoloro.

10. Aconsejamos la importancia de un apoyo psicológico en general a todos los pacientes que han sufrido un cáncer, pero con especial atención en aquellos pacientes que han desarrollado un linfedema, ya que éste suele tener repercusiones en la calidad de vida, autoestima (imagen corporal), estado de ánimo…

En Mov Rehabilitación tenemos fisioterapeutas especialistas en el tratamiento del linfedema, que podrán resolver sus dudas y poner el tratamiento más adecuado a su caso en particular.

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